miércoles, 28 de septiembre de 2011

Carroñeros del séptimo arte

En esta noche carente de estrellas, el cielo oscuro arroja únicamente la ominosa sombra de los buitres. Carroñeros despiadados se ciernen hoy sobre los Establos, imprimiéndoles un aura de negrura atenazadora. Se agitan los caballos, inquietos, sumidos en ese silencio intranquilo que se deshilacha con el susurro de la criaturas de la noche. No son temibles las tinieblas, sino aquello que, sibilante como serpiente sin alma, se arrastra tras ellas.

"No es justo", susurra alguna voz traída por el viento gélido, y el arte -el séptimo arte- empequeñece en un cruento réquiem por su propia defunción. ¿Quedará acaso algo de arte en el cine español? Me atrevo a responder que sí, mucho, pero queda éste irremisiblemente sepultado bajo el peso de la mezquindad y la avaricia.

Mezquindad y avaricia que, por desgracia, son permitidas y perpetuadas precisamente por aquéllos que habrían de perseguirlas.


Queridos amigos, no es nada nuevo decir que la industria del cine en este país está corrupta, prostituida por los intereses de unos cuantos que imponen su criterio, basado éste en su propio interés, por encima del interés común. Tampoco es una novedad reconocer que, en muchas ocasiones, las instituciones que deberían velar por las creaciones artísticas, son en realidad la principal lacra para las mismas.

Lo que sí es más novedoso es que alguien del gremio se arme con el valor suficiente para denunciar públicamente esta terrible situación, aun a sabiendas de que arriesga su propio futuro profesional, y nos desvele de una forma tan cruda toda la verdad.

Esto es lo que ha hecho el joven director Tinieblas González, revelando cómo las productoras destrozaron su película con el único fin de embolsarse cantidades inaceptables del dinero que debería haber cubierto los gastos de producción del film.

Es duro escuchar a un director de cine pidiendo a los espectadores que no paguen por ver una película española, porque les están timando. Es duro ver cómo la avaricia vence en esta industria corrupta, sin importar si se juega con la ilusión y las ganas de un autor. Es duro comprobar cómo el Ministerio de Cultura, encabezado por la ministra Sinde, se hace el sueco ante esta situación y no se mueve lo más mínimo. Es duro saber que un buen número de los directores y guionistas (desconocidos, claro está) son simples esclavos de esta industria, o cómplices, hallándose entre estos últimos directores reputados.

Por supuesto, nunca se puede generalizar ni criminalizar a todo un sector en base a lo que logran los amiguismos de los más poderosos. Pero, lamentablemente, todo apunta a que esto no es la excepción, sino la norma. No puedo aseverar nada por desinformación, pero quienes lo conocen desde dentro no nos dejan mucho lugar para la esperanza.

Sobran mis palabras en esta entrada, por lo que dejo paso ya a la rueda de prensa que dio Tinieblas González. Sí, se llama Tinieblas, tiene "pintas" y dice tacos, pero se ha ganado mi respeto y admiración. Os pido que os sentéis a escucharlo, porque verdaderamente es un tema de mucho interés, especialmente para los que, como yo, seáis amantes del cine.

Pocas veces una persona se arriesga a enterrar su futuro (aunque, como él mismo reconoce, ya está enterrado) por denunciar una situación insostenible. Tinieblas lo ha hecho y, aunque el video dure una hora, creo que merece la pena escucharle. Si no tenéis una hora, escuchad al menos la primera media hora. Y, si ni siquiera contáis con ese tiempo, mi recomendación es que veáis desde el minuto 15 hasta el 30.




¡Amigos, esto debe saberse!
¡No puede quedar en el olvido!
¡Tales abusos no pueden permitirse!


Texto elaborado a partir del excelente artículo "Los grandes éxitos del cine español", de Enrique Dans.

martes, 27 de septiembre de 2011

"Vuelo de libélulas" ya ha aterrizado

Es habitual, en el ámbito de la llegada al mundo de un libro, hablar de "lanzamiento". No obstante, y ya que de vuelos estamos hablando, quizá sea más apropiada la metáfora del "aterrizaje".

Partiendo de tal aclaración, hoy quiero compartir con todos/as vosotros/as esa gran noticia que ya llevo semanas anunciando y que ahora, por fin, es un hecho:

¡"Vuelo de libélulas" ya está en el mercado!

Fuente: IMÁGENES FOTOS
Irá llegando a las librerías a lo largo de esta semana y puede que la siguiente, por lo que ya podéis ir a preguntar por él. ¿Recordáis la entrada Ley de la oferta y la demanda: "Vuelo de libélulas"? Si no es así, ¡ha llegado el momento de recordarla y de empezar a crear demanda del libro! Ya sabéis la dinámica: si el librero de turno ve que la gente pregunta mucho por un libro, lo pedirá a la distribuidora y lo tendrá en las estanterías. Si no, al ser de autor desconocido, probablemente ni lo mire.

Así pues, desde aquí quiero abrir la veda de la caza de las libélulas. O, lo que es lo mismo, concedeos el beneplácito (si es que yo puedo conceder tal cosa) para practicar el "cansinismo" con los pobres libreros. En fin, más allá del toque de humor, ya sabéis que es el único modo de sacar adelante un libro desconocido. 

Fuente: Juanjitopito y las libélulas
Os anuncio también que este sábado, 1 de octubre, a las 20:30 horas, estaré en el pueblo que me vio nacer, Pasarón de la Vera, para realizar la primera presentación de la obra. ¿Qué mejor lugar para empezar a compartir los sueños que la tierra que los vio crecer?

Por supuesto, estáis todos invitados a esta presentación. Mas, puesto que sé que la mayoría no podéis asistir, estáos tranquilos, que ya organizaré otras presentaciones en otros lugares. Si por un momento pensásteis que os libraríais de este posadero tan fácilmente, lamento decepcionaos de forma tan vil. :P

¡Mis saludos, como siempre, a parroquianos y visitantes! ¡Por duros y numerosos que sean los obstáculos, que nada detenga nunca vuestro ardiente caminar! 

Fuente: InfoAnimal

jueves, 22 de septiembre de 2011

Ganadores del Concurso de Microrrelatos de la Librería de Javier

Amigos y amigas, ya se conocen los dos ganadores del Concurso de Microrrelatos que se organizó desde la Librería de Javier. Como se apunta en la página, un jurado compuesto por siete personajes relacionados con el mundo de las letras, a cuyo veredicto que se ha añadido el voto de los participantes a través de Internet, ha decidido que el Premio del Primer Concurso de Microrrelatos de la Librería de Javier ha recaído, ex-áequo, en los textos:


- Me olvidé incluso de colocar el marcapáginas, de Daniel Carrillo.
- De librerías, de “Roñas”.

Desde aquí quiero transmitir mis sinceras felicitaciones a los ganadores, cuyos textos descatan ciertamente por su originalidad de contenido, así como una destacable calidad narrativa. Sin duda, es un galardón bien merecido en ambos casos. Y todo ello sin desmerecer los textos de otros autores que tuve la oportunidad de leer en la web de la Librería de Javier, donde, gracias al detalle del administrador, todos pudimos disfrutar con los microrrelatos de todos los participantes. Y debo añadir que había, a mi juicio, gran calidad en el conjunto de los textos presentados.
A continuación os dejo los microrrelatos ganadores. Leedlos, disfrutadlos, degustadlos, sacadles todo el jugo y no olvidéis que el microrrelato es uno de los géneros literarios más exigentes y, a la vez, menos directivos con el lector, puesto que es éste quien construye todo un universo a partir de la imagen proyectada por unas pocas palabras.
¡Un gran saludo!

Microrrelatos ganadores

Me olvidé incluso de colocar el marcapáginas
 Era un capítulo de acción vibrante y yo pasaba las páginas del libro con frenesí, acercándome a la resolución del enigma, atrapado una vez más en la búsqueda del desenlace. Entonces salió de la ducha, pasó a mi lado de camino a la habitación y en el último momento giró levemente la cara para mirarme de reojo. Me olvidé incluso de colocar el marcapáginas.
 
Autor: Daniel Carrillo


De librerías
 No me gustaba ir a firmar libros a las librerías porque en cuanto los lectores me conocían dejaban de leerme. A veces, venían algunas madres y me atribuían hijos ilegítimos. Algunas señoras mayores, después de estampar mi autógrafo en sus novelas, me preguntaban si también era médico. Otras veces, se presentaban acreedores para que les extendiera cheques. Un día me convencieron para acudir a la librería de Javier. Y para mi sorpresa descubrí, que en la tercera fila, estaba mi esposa esperando para que le firmase el divorcio.
 
Autor: “Roñas“


jueves, 15 de septiembre de 2011

Vivir sin máscaras


Estimados parroquianos y visitantes, hoy quiero invitaos a pasar una noche en la Azotea, en compañía de la voz intuitiva y reflexiva de Borja Vilaseca. Os ofrezco un artículo de opinión que dicho autor publicó en El País el pasado 3 de julio, en el cual se adentra en el estudio de la acuciante falta de autenticidad que padece el ser humano actual, llevándole al borde mismo del mayor vacío: el vacío existencial. 

Partiendo de los dictados de una sociedad que condiciona cada uno de nuestros movimientos, incluida -y especialmente- nuestra forma de pensar, Borja Vilaseca navega en busca del modo de ser auténticos, de ser "naturales", que no es ni mucho menos lo mismo que ser "normales". ¿Cómo podemos vencer las cadenas que nos impone la sociedad y aprender a vivir sin máscaras?

Sin más preámbulos, os dejo con este interesantísimo texto de Borja Vilaseca.  


Vivir sin máscaras

Estamos tan condicionados para pensar y comportarnos de una determinada manera que en la sociedad actual ser auténtico es un acto casi revolucionario.

Se cuenta que un reconocido y anciano catedrático de psicología llevaba décadas investigando acerca de la epidemia de vacío existencial y de sinsentido vital que padecían la mayoría de seres humanos. Si bien solía proyectar ante los demás una imagen de seriedad y seguridad, en soledad reconocía sentirse triste y confundido. No acababa de comprender por qué, a pesar de seguir al pie de la letra todo lo que el sistema le decía que tenía que hacer para lograr éxitos y riquezas materiales, en el fondo de su corazón se sentía tan pobre y vacío.

Y así siguió hasta que una mañana entró en una concurrida cafetería y pidió una manzanilla. Seguidamente, la joven camarera cogió una bolsita prefabricada con una mano y un cuenco lleno de ramitas y hojas secas con la otra. Y muy amablemente le preguntó: "¿Cómo la quiere: normal o natural?".

Sorprendido, el catedrático señaló el cuenco con hojas secas. Y mientras se estaba tomando la infusión, obtuvo la revelación que llevaba décadas buscando. Se abalanzó sobre la camarera y le dio un sonoro beso de agradecimiento. Entusiasmado, le dijo: "¡En esta sociedad lo normal no tiene nada que ver con lo natural!". Y salió con una sonrisa de oreja a oreja, como si hubiera encontrado un tesoro.

La sociedad contemporánea se ha convertido en un gran teatro. Al haber sido educados para comportarnos y actuar de una determinada manera, en vez de mostrarnos auténticos, honestos y libres -siendo coherentes con lo que en realidad somos y sentimos-, solemos llevar una máscara puesta y con ella interpretamos a un personaje que es del agrado de los demás. Si bien vivir bajo una careta nos permite sentirnos más cómodos y seguros, con el tiempo conlleva un precio muy alto: la desconexión de nuestra verdadera esencia. Y en algunos casos, de tanto llevar una máscara puesta, nos olvidamos de quiénes éramos antes de ponérnosla.

Lo cierto es que algunos sociólogos coinciden en que en nuestra sociedad ha triunfado el denominado "pensamiento único". Es decir, "la manera normal y común que tenemos la mayoría de pensar, comportarnos y relacionarnos". Así, al entrar en la edad adulta solemos ser víctimas de "la patología de la normalidad". Esta sutil enfermedad -descrita por el psicoterapeuta alemán Erich Fromm- consiste en creer que lo que la sociedad considera "normal" es lo "bueno" y lo "correcto" para cada uno de nosotros, por más que vaya en contra de nuestra verdadera naturaleza.

LA ELOCUENCIA DE LA VANIDAD

"Dime de qué presumes y te diré de qué careces" (refrán popular)

A pesar del malestar generalizado, solemos priorizar el "cómo nos ven" al "cómo nos sentimos". Tanto es así que para muchos la pregunta de cortesía "¿cómo estás?" supone todo un incordio. La mayoría nos limitamos a contestar mecánicamente: "Bien, gracias". Y en caso de no poder escaquearnos, enseguida redirigimos la conversación hacia cualquier "charla banal". Es decir, la utilizamos para fingir que nos estamos comunicando, cuando en realidad lo único que estamos haciendo es llenar con palabras un potencial silencio incómodo.

En este contexto social, algunos individuos ocultan sus miserias y frustraciones tras una fachada artificial que seduzca e impresione a los demás. La paradoja es que cuanto más intentamos aparentar y deslumbrar, más revelamos nuestras carencias, inseguridades y complejos ocultos. De hecho, la vanidad no es más que una capa falsa que utilizamos para proyectar una imagen de triunfo y de éxito. Es decir, la máscara con la que en ocasiones cubrimos nuestra sensación de fracaso y vacío. Si lo pensamos detenidamente, ¿qué es la "respetabilidad"? ¿Qué es el "prestigio"? ¿Qué es el "estatus"? ¿Qué tipo de personas lo necesitan? En el fondo no son más que etiquetas con las que cubrir la desnudez que sentimos cuando no nos valoramos por lo que somos.

En este sentido, ¿qué más da lo que piense la gente? De hecho, ¿quién es la gente? Nuestra red de relaciones es en realidad un espejismo. En cada ser humano vemos reflejada nuestra propia humanidad. Por eso se dice que los demás no nos dan ni nos quitan nada; son espejos que nos muestran lo que tenemos y lo que nos falta. La gente no nos ve tal y como somos, sino como la gente es. O como dijo el filósofo Immanuel Kant, "no vemos a los demás como son, sino como somos nosotros". De ahí que la opinión de otras personas solo tiene importancia si nosotros se la concedemos.

DEJAR DE FINGIR

"La verdad que nos libera suele ser la que menos queremos escuchar" (Anthony de Mello)

Un leoncito apenas recién nacido se quedó rezagado y se perdió, pero un grupo de ovejas se cruzó en su camino y le adoptó como un miembro más de su rebaño. El animal creció convencido de que era una oveja, aunque, por más que tratara de balar, solo lograba emitir débiles y extraños rugidos; y por más que se alimentara de hierba, cada vez que veía a otros animales sentía el deseo de devorar su carne. Y por ello, a diferencia del resto de ovejas, que pastaban plácidamente, el felino solía estar angustiado y triste.

Los años pasaron y el animal se convirtió en un león corpulento y fiero. Y una mañana, mientras el rebaño descansaba a orillas de un lago, apareció un león adulto. Todas las ovejas huyeron despavoridas. Y lo mismo hizo el león que creía ser una oveja, que enseguida quedó a merced del león adulto. Nada más verlo, el león cazador no pudo evitar su sorpresa al reconocer a uno de los suyos. Y sorprendido, le preguntó: "¿Qué haces tú aquí?". Y el otro, aterrorizado, le contestó: "Por favor, ten piedad de mí. No me comas, te lo suplico. Solo soy una simple oveja". "¿Una oveja? Pero ¿qué dices?". El león adulto arrastró a su camarada a orillas del lago y le dijo: "¡Mira!". El león que creía ser una oveja miró, y por primera vez en toda su vida se vio a sí mismo tal como era. Sus ojos se empaparon en lágrimas y soltó un poderoso rugido. Acababa de comprender quién era verdaderamente. Y nunca más volvió a sentirse triste.

SEGUIR NUESTRA VOZ INTERIOR

"No dejéis que el ruido ahogue vuestra propia voz interior. Ella ya sabe lo que vosotros realmente queréis ser" (Steve Jobs)

No importa quiénes seamos, qué decisiones tomemos o cómo nos comportemos. Hagamos lo que hagamos con nuestra vida, siempre tendremos admiradores, detractores y gente a quien resultemos indiferentes. Pero entonces, si nuestras relaciones se sustentan sobre este juego de espejos y proyecciones, ¿por qué fingimos? Seguramente por nuestra falta de confianza y autoestima.

Para cultivar una sana relación de amistad con nosotros mismos, lo único que necesitamos es modificar la manera en la que nos comunicamos con nosotros a través de nuestros pensamientos. Solo así podremos aceptarnos, respetarnos y amarnos por el ser humano que somos, con nuestras cualidades, virtudes, defectos y debilidades. Lo demás son comentarios, ruido que hace la gente para no escuchar su propio vacío. Lo que está en juego es nuestra libertad para ser "auténticos"; convertirnos en quienes verdaderamente somos, siguiendo los dictados de nuestra propia voz interior. Eso sí, debido a las múltiples capas de cebolla con las que hemos sido condicionados, hoy día ser uno mismo es un acto revolucionario.

jueves, 8 de septiembre de 2011

¿Un nuevo planeta Tierra?

Planeta "HD85512b". Fuente: ABC
Hace pocos días, el diario ABC recogía una asombrosa noticia: otro planeta como la Tierra ha sido descubierto a "sólo" 36 años luz de distancia. El cuerpo celeste en cuestión, bautizado con el atractivo nombre de "HD85512b" (seductor, ¿verdad?), gira alrededor de una enana naranja en la constelación de Vela y, puesto que está a la distancia perfecta de su estrella y tiene una masa similar a la terrestre, cabe la posibilidad de que sea habitable. El espacio existente entre este planeta y su estrella, según los investigadores, permitiría la presencia de agua líquida en su superficie.

Para más información, aquí os dejo el enlace:


Tan pronto supe de la noticia, me pregunté: en caso de que realmente podamos habitar ese planeta, ¿qué utilidad le daríamos? ¿Nos sirve de algo este conocimiento?

En primer lugar, habría que contar con la posibilidad de que ya exista "vida" en ese planeta. Al parecer, este aspecto aún no ha podido confirmarse pero, si hay agua allí o algo similar, ¿no es perfectamente posible que exista vida orgánica? Y aún me aventuraré más: ¿habrá vida "inteligente"? Aquí es donde los amantes de la ciencia ficción se empiezan a frotar las manos, la mayor parte de ellos con cierto temor. No en vano, el propio Stephen Hopkins, de quién dicen es el hombre más inteligente del planeta (es decir, del planeta Tierra), aseveró que, de existir, los extraterrestres inteligentes que llegasen a nuestro planeta lo harían con intenciones poco amigables...

¿Y si hubiera vida inteligente allí?
Supongamos que hay vida inteligente allí. ¿Nos entenderemos con ellos? Lo dudo. ¿Podremos establecer un vínculo pacífico? Depende. Si esos "aliens" son tan egoístas y ambiciosos como nosotros y son poderosos, amigos y amigas, os advierto: ¡la guerra interestelar está servida! En el caso de que tengan un "nivel de desarrollo" significativamente inferior al nuestro, poco importará si son ambiciosos o no, puesto que haremos (corrijo: Estados Unidos hará) lo que ya hicieron los españoles en el Nuevo Mundo (curioso nombre al emplearlo aquí, ¿verdad?): entrar a saco y, bajo la bandera de la cultura y la promoción del desarrollo, nos apoderaremos de sus bienes y de sus vidas. ¿Y si son ellos los más desarrollados y bien armados? El proceso será el mismo, pero intercambiando los personajes. ¡Efectivamente: en occidente tomaremos de nuestra propia medicina! Para otros pueblos, en cambio, será más de lo mismo.

Ahora, pensemos que no hay "vida inteligente" en HD85512b. ¿Qué haremos con este nuevo planeta? A bote pronto, se me ocurren dos opciones bien distintas.

Hotel "Nueva Estrella": llámenos ya y reserve su plaza.

Primera opción

El nuevo Nuevo Mundo se convierte en una forma más de ganar dinero, un filón que muchas grandes organizaciones sabrán aprovechar. En concreto, las empresas especializadas en tratar con la élite económica de la sociedad. Se construirán allí grandes complejos que se convertirán en los nuevos chalés de verano de los más ricos. Además, alguien creará destinos turísticos con todas las comodidades dirigidos a la clase media-alta y alta de la sociedad. Así, será un paraíso reservado tan sólo a los más pudientes. Sí, muchos tendremos que conformarnos con las fotos y los vídeos en HD.
Con un nuevo planeta-basurero, ¡nuestro medio ambiente estará a salvo!
Segunda opción

Tal vez el nuevo planeta no sea tan idílico como podría parecer, ni tan atractivo como para sacarle partido con el turismo. En ese caso, ¡qué bien nos vendrá para limpiar nuestra querida Tierra y cuidar mejor el medio ambiente! ¿Qué mejor destino para las toneladas de basura que cubren la faz de nuestro planeta que un nuevo planeta similar al que poder llevarlas? "Y así fue como la humanidad halló al fin el modo de purificar las aguas y los vientos de la Tierra: creando un buevo planeta-basurero".

Éstas son las posibilidades que se me ocurren en este momento, pero seguro que hay muchas más. Por si no os habéis fijado, estamos en la Taberna, así que: ¡ánimo! Os invito a buscar nuevas utilidades, ideas, consideraciones o lo que queráis, en torno al descubrimiento de HD85512b.

¡Con lo poco que sabemos de ese Nuevo Mundo, casi todo es posible!

viernes, 2 de septiembre de 2011

¡Vuestro voto cuenta! Concurso de Microrrelatos "La Librería de Javier"




¡Buenos días, amigos y amigas de la Posada!

La activa página web de la Librería de Javier convocó un Concurso de Microrrelatos en el que he participado con el relato "Una reunión muy esperada". Ahora, el administrador de la página ofrece a todo aquél que lo desee la posibilidad de participar como juez de los microrrelatos, entrando a la vez en el sorteo de un regalo literario (serán libros, digo yo).

Os pido por favor que votéis por mi relato. Es muy sencillo y apenas os llevará medio minuto.

Solamente tenéis que enviar un correo a la DIRECCIÓN: 

javier@lalibreriadejavier.com

En ASUNTO poned algo así como: 
Voto para el Concurso de Microrrelatos
Y en el TEXTO, basta con que digáis con vuestras palabras que queréis participar como jueces, y que vuestro voto es para "Una reunión muy esperada", de Juan Luis Vera Muñoz. (Procurad escribir bien el título y poner los dos apellidos; es importante para que no haya confusiones).

Tenéis de plazo hasta el 8 de septiembre, pero, ya que no lleva mucho tiempo, hacedlo en cuánto recibáis este mensaje, que luego estas cosas se olvidan fácilmente.

¡¡Muchas gracias a todos y todas!! 
Ya os debo más de una, jeje, que sé que me estáis ayudando mucho.

Por supuesto, si queréis entrar en la página y leer los microrrelatos, eligiendo votar el que más os guste, aquí os dejo el enlace donde podréis encontrarlos (entre ellos, el mío ;D)


¡Un gran saludo, caminantes!