Una ola de solidaridad recorre este país de punta a punta. De todas las ciudades nos han llegado noticias en las que el silencio respetuoso y las flores como únicas armas han sido los protagonistas.
Cualquiera de nosotros, por mostrar su indignación, podría haber sufrido la suerte de los heridos de Plaça de Catalunya (que, afortunadamente, ya se están recuperando). Hoy, todos hemos sido los apaleados, y la respuesta ha sido ejemplar: en Barcelona, los acampados han vuelto y han dejado la plaza limpia como una patena (¿no habría sido más productivo pedirles directamente que lo limpiasen en lugar de echarles a porrazos?) y en el resto de ciudades un mar de flores se ha proyectado hacia el cielo en señal de apoyo y solidaridad.
Las heridas van cerrando, pero la cicatriz no desaparecerá; ¡será otra insignia en esta lucha!
¿Qué más podría decir? Sobran las palabras cuando las imágenes son tan elocuentes...
Me encanta esta foto. No es más que otra muestra de humildad y solidaridad. :)
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