20-N

20 de noviembre de 1936: fallece José Antonio Primo de Rivera, político español e hijo del dictador Miguel Primo de Rivera.

20 de noviembre de 1936: fallece Buenaventura Durruti, conocido sindicalista anarquista español.

20 de noviembre de 1975: fallece Francisco Franco, archiconocido militar, dictador, jefe de estado y genocida español.

20 de noviembre de 2011: fecha para la celebración de las elecciones generales a la presidencia del estado español.

Una fecha totalmente aséptica, ¡qué duda cabe!

En todas las tabernas diseminadas a lo largo y ancho de este país se discute sobre la decisión de Zapatero de adelantar las elecciones generales a la fecha que coincide, fundamentalmente, con el fallecimiento de Franco.

Esta posada, naturalmente, no iba a ser una excepción. Veamos qué opinan nuestros personajes más asiduos a la Taberna: Héctor, Tomás y Lidia.

-Te digo que no se puede permitir -apuntilló Tomás, acompañando su última palabra de la caída de la jarra sobre la barra de la Taberna.

-¡Y vuelta la burra al trigo! -exclamó Héctor.

-Pues sí, vuelvo porque creo que no podemos ser tan ingenuos de pensar que no hay todo un armazón estratégico detrás de esta decisión. ¿U os creéis que el PSOE ha tomado el 20-N como una fecha más? ¡Hombre, por favor!

La joven Lidia iba a tomar la palabra, pero Héctor, con su hablar cansino y rasgado, se le adelantó, tocándose la larga barba blanca en un ademán muy habitual en él.

-¿Y qué va a conseguir con eso?

-Pues... no lo sé -respondió Tomás-, pero está claro que su plan es ayudarse de las posibles reminiscencias de esa fecha para arañar más votos. Piensa una cosa: siempre se habla de la muerte de Franco por la tele ese día. Mucha gente puede pensar: "Madre, lo que pasamos con la derecha; mejor no volver a caer en lo mismo".

Héctor rompió a reír.

-¿De verdad crees que eso va a cambiar algo? La gente irá a las urnas y ganará el PP. Nos olvidaremos de que existe una democracia y volveremos a nuestros pequeños quehaceres y miserias mientras los políticos (todos ellos) se llenan los bolsillos una vez más. Fin de la historia.

-¿Cómo puedes decir eso con tanta calma? -le espetó el joven Tomás.

-Ay, la voz de la experiencia, amigo mío, la voz de la experiencia.

-Yo estoy de acuerdo con Héctor -dijo por fin Lidia, reincorporándose a la discusión-. A ver, el resultado de las elecciones está cantado, ponga las elecciones el día que las ponga. Estamos ante un descontento general con el actual gobierno, y eso no hay fecha que lo cambie.

-Vamos a ver -empezó Tomás-, si yo no digo que el resultado vaya a cambiar drásticamente el resultado en las urnas. De hecho, muchas cosas y muy gordas tienen que ocurrir para que eso pase. Lo que digo es que no me parece bien, primero, que haya elegido esa fecha cuando se supone que la cita electoral debe tener lugar de forma aséptica y sin influencias políticas. Y segundo, que encima tenga el tío la desfachatez de decir con su clásica sonrisita que es una fecha más, como otra cualquiera. ¿A vosotros os parece bien?

-A mí es que me la trae floja.

-En mi caso, no es que me la traiga floja, como dice Héctor, pero sí creo que se le está dando demasiada importancia.

-¿Demasiada importancia? ¡Es la fecha de la muerte del generalísimo, por favor! -exclamó Tomás.

-Pero Tomás, todos los días coinciden con muertes y nacimientos de personas conocidas; si no, escribe cualquier fecha en la wikipedia, ya verás.

-Yo creo que lo único que quiere Zapatero al poner esta fecha -dijo Héctor- es lo mismo que persiguen, han perseguido y perseguirán siempre los políticos, a saber, desviar la atención con estupideces de los temas importantes. ¡Y míranos, aquí discutiendo sobre ello! Yo diría que lo está consiguiendo.

-No sé -comentó Tomás, meneando la cabeza-. Creo que tienes razón en eso, Héctor, pero aún así pienso que no deberíamos quedarnos tan tranquilos con un movimiento tan descarado. ¡Si lo peor no es la fecha, sino que mire a las cámaras y diga que es una fecha más! Como si fuéramos idiotas.

-Mira, ¿sabes lo que yo creo? Que nos están intentando meter en la dinámica de siempre -se plantó Lidia-. Se pone la fecha, se discute sobre su conveniencia, luego empiezan las campañas políticas y así nos habituamos a las promesas de siempre, los políticos día sí, día también en televisión... Al final entramos en ese juego y nadie se acuerda de la lamentable Ley Sinde, de los fraudes de la SGAE, de la corrupción política, de la desastrosa ley electoral y del resto de cosas que tenían que ver con el movimiento de "los indignados".

-Bueno... -suspiró Héctor.

-Eso es verdad -secundó Tomás-. No podemos olvidarnos de que estos políticos no nos representan para nada y que hay mucho por lo que protestar.

-¡Exacto! Ahora, más que nunca, ha llegado el momento de mantener viva la llama del movimiento. Pero el movimiento original, la primera acampada de Sol, ésa en la que lo único que nos hacía fuertes era estar unidos en la convicción de que no nos gusta lo que se está haciendo. Ésa en la que ciudadanos de todo tipo y condición social clamaron al unísono por una democracia real.

-Pues sí, ahora más que nunca hay que volver a las calles, a los barrios y reclamar lo que nos deben los políticos por el hecho de estar en una democracia: respeto, atención y consideración de nuestros intereses.

-¡Y vuelta la burra al trigo! -rió Héctor, soltando su jarra vacía-. Me voy, que dentro de poco vais a echar a arder y todo. Recordad lo que os digo: el 15-M resurgirá unos días, se hará fuerte en torno al 20-N y luego será un lejano recuerdo en las atareadas mentes de los españoles. ¡Hasta otro día!

Hasta aquí la opinión de nuestros amigos. Pero, ¿qué piensas tú? ¿Tiene importancia esta fecha del 20-N? Si es así, ¿hasta qué punto? ¿Qué nos depara el cercano camino a las próximas elecciones generales? ¿Qué ocurrirá después? ¿Por qué demonios últimamente todos los eventos se señalan con dos números, guión, letra?

El debate, como no podía ser de otro modo, está abierto a todas las aportaciones que vosotros, como visitantes de esta Posada, queráis hacer.

¡Animaos a tomar algo en la Taberna!