Un buen día, RidleyScott decidió embarcarse en la creación de una nueva entrega de Alien; esta
vez, un viaje al origen de la especie, a lo que ocurrió antes de que la
Nostromo se posase en aquella roca ignota atraída por una extraña llamada de
socorro. La precuela daría respuesta así a los interrogantes que han inundado
la cabeza de los fans de la mítica saga durante más de treinta años. ¿Quién es
el space jockey (ese sorprendente
jinete espacial) que aparece apenas unos segundos en "Alien: el octavopasajero"? ¿De dónde ha salido esa gigantesca nave en forma de diadema?
¿Cuál es el verdadero origen de la raza alienígena más terrorífica del séptimo
arte?
Con estas ideas
presentes, Ridley Scott se puso manos a la obra. No obstante, muy pronto se
disparó su brillante imaginación y empezó a configurar el germen de una nueva
historia, si cabe aún más ambiciosa, que iría mucho más lejos del legado de la
famosa franquicia. Así nació "Prometheus".
Probablemente, los
amantes de Alien no quedarán defraudados por la nueva cinta de Scott. El
universo de la criatura cuya sangre es ácido permanece latente en Prometheus de
principio a fin y en diversas formas: escenarios, escenas en espejo, personajes,
la estructura narrativa... No obstante, la ambición del director en esta
ocasión pone el listón más alto. La película se asoma a una de las grandes
preguntas universales de la humanidad, a saber: ¿de dónde venimos? ¿Quién nos
creó, si es que nos creó alguien, y para qué? ¿Qué haríamos si estuviéramos
cara a cara con nuestro creador?
Arranca la historia con
el descubrimiento de una pintura rupestre con 35.000 años de antigüedad que
muestra a la humanidad adorando a un ser superior que señala una serie de
puntos en el firmamento. Lo más insólito es que la posición de esos puntos
coincide al milímetro con otras representaciones de diversas culturas que jamás
tuvieron contacto alguno entres sí. El descubrimiento de una galaxia lejana
cuyos planetas responden a la misma disposición que los puntos de las pinturas
hace sospechar a los dos científicos responsables de la investigación, Elizabeth
Shaw (Noomi Rapace) y Charlie Holloway (Logan Marshall-Green), que aquella
galaxia podría albergar respuestas claves sobre nuestro pasado. Así se pone en
marcha una expedición financiada por el poderoso empresario Peter Weyland (Guy Pearce) para hallar nuestro origen que acabará poniendo en peligro, no sólo a
sus integrantes, sino a toda la raza humana.
Scott crea una trama
compleja que se ve propulsada entre el origen de su criatura de 1979 y nuestra
propia historia como humanidad, teniendo como meta última el sueño del titán
Prometeo: elevar a los hombres al nivel de dioses. Pronto se descubre que dicho
sueño, como ya le ocurriera al gigante de la mitología griega, trae consigo
abundantes consecuencias.
Por otro lado, hablar
de dioses es hablar de nuestros creadores, y en esto tampoco cojea el guión. La
cinta de Scott está repleta de interrogantes acerca de por qué otra raza habría
decidido crear al ser humano, y aquí juega un papel primordial el carismático androide
(no podía faltar uno) David 8, magistralmente interpretado por MichaelFassbender, y que ha provocado en un servidor agradables reminiscencias a
"Blade Runner". Como criatura que conoce y puede dialogar con la raza
que le creó, las conversaciones del sintético con el resto de la tripulación,
si bien breves y poco profundas, resultan fascinantes.
Quizá una de las pocas
máculas de Prometheus (y por la cual se está lapidando desmesuradamente el filme)
está precisamente en la poca profundidad de sus interesantes reflexiones, así
como las fluctuaciones en el desarrollo del argumento, que a veces parece
avanzar a trompicones. A mi juicio, ambas cosas obedecen a la imposibilidad de
reflejar todas las ideas que alberga la trama en dos horas de metraje. Mi
opinión es que una película más larga habría permitido un desarrollo argumental
mucho más constante, así como un guión más pulido.
Más bien, si yo tuviera
que destacar un aspecto en contra, éste sería el pobre desarrollo de los
personajes. Llegados al final de la cinta, apenas sí tenemos la sensación de
conocer a cuatro personajes, y no siempre hasta el punto mínimo que permite
empatizar. El resto son carne de cañón de la que no llegamos a saber nada; de
algunos ni siquiera nos sonará la cara, hasta el punto de que creeremos verlos
por primera vez más allá de la mitad de la película.
Sin embargo, la gran
pericia del director salva estas limitaciones la construcción de un potente hilo
conductor que sobrevuela la individualidad de los personajes, la perfección
visual de las escenas y los espectaculares diseños de H.R. Giger. Quizá sea
esto último el plato fuerte de Prometheus. Tanto la nave como los distintos
escenarios en los que se desarrolla la acción dejan al espectador con la boca
abierta, la primera incursión en la laberíntica caverna es simplemente
admirable y los efectos especiales gozan de una meticulosidad épica.
Es por ello que, en mi
opinión, esta película no debería verse en 3D, sobre todo si el film se
proyecta en una sala no ideada específicamente para dicha tecnología, pues en
muchas ocasiones los escenarios y otros diseños perderán parte de su exquisito
detalle. Me permito sugerir el visionado de Prometheus en pantalla grande
(merece la pena) y HD, pues en tal formato la fuerza visual de la cinta se
muestra en todo su esplendor. Y ese aspecto no tiene desperdicio.
FICHA TÉCNICA:
Título original: PrometheusPaís: USA
Productora: 20th Century Fox
Director: Ridley Scott
Guión: John Spaihts, Damon Lindelof
Reparto: Michael Fassbender, Charlize Theron, Noomi Rapace, Idris Elba, Patrick Wilson, Guy Pearce, Rafe Spall, Sean Harris, Kate Dickie, Logan Marshall-Green, Emun Elliott
Calificación: No recomendada para menores de 12 años
Web oficial: http://www.projectprometheus.com/
Se ve tremenda la película, y muy cierta, la humanidad está en búsqueda de más vidas en el espacio, de más civilizaciones, contándo de que encontrarse con extraterrestres, sería un encuentro amigable. Eso es un riesgo, que lleguemos a otro planeta y demos en conocimiento de que existe una tierra tan maravillosa y llena de vida
ResponderEliminarEfectivamente, hay un riesgo en la carrera por conquistar el universo. Ya lo decía Stephen Hawking: es lógico pensar en la existencia de vida inteligente fuera de la Tierra y más nos valdría evitar el contacto con ella, pues es probable que fueran hostiles.
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