...y
cuando ya no hubo fuego,
quedaron
las brasas, vívidas, odiosas,
incandescentes...
Su
paisaje triste, sus bofetadas de calor
en
el rostro
y
esa sensación
de
que nunca se extinguirán,
de
que cualquier soplo de viento
reavivará
su dolorosa flama
sobre
lo que antaño fue bosque.
Era
bello el bosque...
Era
bello el fuego...
Pese
a todo,
era
bello.
Por:
Juan Luis Vera
Me encanta la última frase, Juan Luis.
ResponderEliminar"...pese a todo, era bello"
¡Un abrazo!